lunes, 11 de marzo de 2013

Chau, mil gracias, hasta siempre

Hola. Gracias por estar ahí leyendo. Este es el último capítulo de esta historia. 

Ya llegamos donde queríamos y de alguna manera ya volví a casa, que es donde termina todo viaje.

Ahora empezamos a vivir una nueva etapa que poco tiene que ver con motorhomes y mucho menos con diarios.

Así que hoy, justo cuando cumplimos 8 años de casados y 14 meses de viaje, me despido, con melancolía pero con la satisfacción plena de haber cumplido un objetivo y empezar otra historia. 

Mientras nuestros amigos viajeros siguen andando, mientras algunos van y otros vuelven, nosotros plantamos bandera en el caribe mexicano. La Mimosa (coherente) termina rota en la vereda. Y con Marti y Martina empezamos a construir algo parecido a un hogar. 

Un par de cajones de frutas, lijados y pintados, son una perfecta alacena. Unas maderas y ladrillos callejeros son estantes... y así. Ya saludo a los de la ferretería de la esquina y a la señora del almacén. Ahora empezamos a trabajar un poco (no hay que trabajar tanto, hay que consumir menos) y con noticias argentinas, mates y tostadas con dulce de leche vamos tejiendo la sensación de estar en casa. 

Extrañamos mucho. Pero por ahora no está en los planes volver a vivir en nuestro hermoso y querido país. Eso sí: ojalá que pronto podamos ir de visita para llenarnos de esa emoción levitante del reencuentro.  

Mientras tanto aquí vamos a estar hasta que el corazón nos señale un nuevo destino.

Sin dudas que haremos otro viaje en un futuro. Viajar así es la libertad absoluta, cosa que venía buscando desde que tengo memoria. Es vivir en el presente continuo: los lunes se sienten como sábados, no hay calendario ni tiempo reloj. Viajar así es abrir los ojos por segunda vez: todo se descubre y la capacidad de sorpresa está intacta. 

Ahora entiendo porqué hay tanta gente que lo hace. A mí me llenó de vida, me cambió para siempre. Te lo recomiendo. Sobre todo si sentís ganas de estar en otra parte, si te parece que creciste demasiado o algo en tu mundo no termina de cerrar. Hacete un gran viaje que de repente todo se empieza a abrir. Todo tiene sentido. 

Quiero darle gracias a Dios, que estuvo -y está- siempre en nosotros. Nos acompañó en cada momento y nos puso enfrente las mejores lecciones de vida.

Gracias a nuestros amigos y familiares que nos ayudaron. Con grandes acciones y pequeños gestos. Antes y durante el viaje. Desde cerca y desde lejos. Imposible enumerarlos, imposible olvidarlos.

Gracias a vos por haber viajado con nosotros durante estos 14 meses, 13 países, 17657 km y 56 capítulos.

Gracias a mis viejos, por estar siempre.

Gracias a Marti y a Martina. Sin dudas las volveré a elegir para mi próximo viaje. Son las mejores compañeras que me dio la vida.

Y gracias a mis sobrinitos, Catalina, Iñaki, Isabel y Facundo, que son mi inspiración y los adoro con todo mi ser. Ojalá que ustedes también, cuando crezcan y elijan, puedan ignorar las distracciones de la mente y encontrar esa verdad que espera agazapada en sus corazones. Entonces van a tener asegurada la felicidad.

Chau, mil gracias, hasta siempre.  



Por estos pagos del Caribe vamos a andar un buen tiempo. Te esperamos.


Por si tenés ganas de leer más aventuras, te dejo con estos amigos. La cofradía de argentinos viajeros que nos encontramos en Playa del Carmen:



Belén y Jorge (siguen con la travesía de títeres en su Flecha Negra: FB: TravesiaWawamericu).














Coty y Gaby, de la República de Córdoba. Se casaron hace un año y desde entonces viajan como mochileros. (FB: Caminamerica)






Aimé y Guille. De Bahía Blanca. Fabrican artesanías con vidrio horneado y viajan rumbo a Alaska. www.aprendiendoaviajar.com







Marianella y Maxi. Odontólogos. Vivían en Córdoba. Viajan en un Jeep desde hace poco más de un año dando charlas sobre salud. http://www.latinoamericasonrie.org


Diana y Guille. De Rafaela, Santa Fe. Viajan en una Combi pintando murales. Agarran una pared vieja y la convierten en arte. http://www.daviadaparamas.blogspot.mx/




Anna y Pablo. Ella española, él argentino. Escriben artículos de turismo y venden libros sobre su viaje por el mundo que lleva 12 años. Se pasaron un puente. http://www.viajeros4x4x4.com.


Y en Internet encontrás muchísimas -de verdad, muchísimas- personas que viven viajando de cualquier forma (sobre todo argentinos, FB: Red de viajeros) incluso con hijos (www.argentinaalaska.com / Familia viajera Salemme Santore / Herman Zapp / Familia viajera Giusiano). Unos que están dando la vuelta al mundo: Rodando Ando) y hasta una beba que nació en pleno viaje (www.proyectomiradas.org). La gran pregunta: ¿cómo se mantienen? Como se te ocurra. La vida viajando es mucho más simple de lo que parece antes de salir.

Marti, Marianela, Maxi, La Mimosa y el Jeep de Latinoamérica sonríe.

De festejo con los Wawamericu y Aprendiendo a viajar.

Parte de la banda de argentinos. Todos con cientos de historias para contar.

Encuentro semanal alias "los sánguches domingueros". Mucha alegría. Casi como estar en casa.
Chau, mil gracias, hasta siempre.


FIN