sábado, 7 de enero de 2012

Vamos que nos vamos

Hola. Gracias por estar ahí leyendo. Me presento: soy un auténtico idiota.


Tenía una vida feliz. Vivía en un barrio tranquilo de Buenos Aires, en una linda casa y con el trabajo que más me gusta en el mundo. Todo estaba en perfecto equilibrio. Pero quizás porque tanta paz se volvió costumbre, decidí dejar todo y hacer un viaje que me va a marcar para siempre.

Me voy con Marta, mi mujer, y Martina, nuestra perra. La idea surgió hace un par de años y fue creciendo hasta volverse un hecho. Compramos una camioneta, la equipamos como motorhome y en unos pocos días nos vamos para el norte, si Dios nos acompaña, a recorrer Latinoamérica por unos meses.  

Aunque quizás sonrían desde lejos los más conservadores o los amigos del sarcasmo, lo que estoy haciendo no es otra cosa que cumplir un sueño. Por mi parte ya tuve varios intentos de concretar sueños que se quedaron en el escalón de la prueba y error y resultaron un nuevo aprendizaje. Pero siento que esta vez es diferente.

No tenemos planes ni rumbo fijo. Estamos abiertos a las sorpresas del camino. No sabemos lo que buscamos, pero cuando lo encontremos no vamos a tener ninguna duda. Mientras tanto será cuestión de ir aprendiendo sobre la marcha, con las personas y los lugares alucinantes que sé que nos esperan.

Esto es la vida misma. Puede pasar cualquier cosa. CUALQUIER cosa. La incertidumbre es tan grande que no te puedo prometer una historia con final feliz. Vamos a ir descubriendo juntos si esto de arriesgar todo para cumplir un sueño realmente vale la pena o son puras patrañas de películas de Disney y libros de autoayuda.

Preparate. Salimos en unos días. Bienvenido a la aventura.


Típica mañana de domingo, con Mar y Martina.



La entrada (y salida) de casa. 

Nuestra camioneta, MB 180. Justo antes de comprarla.