Diarios de motorhome: Los psicotrópicos

Noche 1
“Zoe”, bar – restaurante.

Está ubicado en una linda esquina en pleno centro de Montañita. Acá la banda de Óscar toca normalmente viernes y sábados pero programan una fecha especial para un domingo. Llegamos a las 10 y nos preparamos para empezar. Es mi debut con "Los psicotrópicos", que forman así:

Jorge: guitarra y voz.

Es la estrella del grupo, y tan talentoso que tiene bien ganado el lugar. Nació en Guayaquil y vive de la música desde hace varios años. Tiene una voz extraordinaria, de esas que transportan. Anda siempre en unas ojotas que parecen de nacimiento. Vive con Helen, su novia suiza, y el Cacique, un perro que adoptó de la calle y que lo acompaña a todos lados, incluso a los escenarios.

Óscar: bongó

Yusol: congas

Este moreno venezolano es el rompecorazones del camping, y creo que de Montañita también. El chamo se pasea con su sonrisa y tremendo lomo por todas partes. Está perdidamente enamorado de una argentina con la que salió por un tiempo, pero ella lo abandonó forzada por su familia racista. Sueña con recuperarla.

Chino: bajo

Un argentino de zona oeste que parece desorbitado pero se preocupa si los demás necesitan algo. Tiene mucha teoría musical encima y toca varios instrumentos. Gran talento. Vive de noche aunque no es raro encontrarlo medio borracho a las 3 de la tarde.

Migue: batería

Otro argentino. Estudia percusión en el conservatorio y viaja investigando los ritmos de América Latina. Un día llegó a Montañita, se metió en un restaurante para ir al baño y vio que había una batería. Porque extrañaba la suya se puso a tocar, el dueño lo escuchó y lo invitó a sumarse a la banda.

Yo: saxo alto

Hay un par de mesas ocupadas, turistas con su cervecita. Empieza el show. Durante los dos primeros temas estoy muy nervioso. Vamos por el 3er tema, no hay indicios de que logre relajarme.

De pronto irrumpen dos policías que empiezan a merodear por las mesas y a sacar fotos. Nos miramos entre todos sin entender lo que pasa. Los agentes nos hacen señas para que sigamos tocando mientras confiscan un par de botellas de cerveza. De repente ordenan cortar la música y cancelar el show. En seguida nos informan el motivo: está prohibido vender alcohol los domingos. Noche frustrada. Cada uno a su casa.