viernes, 18 de mayo de 2012

La comunidad


Suerte que estamos en temporada baja. Porque entre junio y agosto, y entre diciembre y marzo, las calles de Montañita son una mezcla de boliche un sábado a la noche con subte de lunes a las 7 de la tarde. 

Ahora en mayo está todo bastante tranquilo. Aunque en el camping donde vivimos entra y sale gente casi todos los días. Hasta ahora no conocimos a ningún turista. Todos están viajando desde hace unos 3 meses, promedio. Nadie sabe cuándo vuelve pero todos sabemos más o menos a dónde vamos, aunque también entendemos que eso puede cambiar en cualquier momento.

Está la colombiana, malabarista y fanática de las piedras. Va rumbo a Bogotá. Le cuento que después de desbloquearme los chakras su amiga Karen me recetó cosas violetas y en seguida corre a su carpa y me regala un cuarzo de ese color.

Marcos y Federico son dos hermanos argentinos, de Beccar. Viajan desde hace unos 4 meses y trabajan de lo que salga sobre la marcha. Marcos tiene 19, anda con ganas de volverse porque extraña su nueva Play 3. Federico tiene 22. Lo primero que te sorprende es la paz que tiene el pibe. Tiene una parsimonia constante, de esas que enervan a cualquier desprevenido. Con mi ansiedad impertinente varias veces me dieron ganas de activarlo de un bife. (Reconozco que la paciencia es una gran virtud pero todavía se me escapa).

Federico es artesano, vegetariano, sabe de cocina y toca la guitarra. Fabrica el dijeridoo, un instrumento de música ancestral de Australia. Yo no lo conocía. Le pregunto más cosas, lo describe y me cuenta que produce una vibración y una conexión muy fuerte con la tierra. Me dice que en su casa armó una huerta y un día, para experimentar, tocó el dijeridoo un rato entre las plantas. A la semana tenía su casa rebalsando de tomates, rabanitos, zapallos, sandías y andá a saber qué más, con las plantas que se trepaban por las paredes. No sé porqué, pero un poco le creo.

En otras carpas hay un grupito de 5 argentinos. La chica, Eliana, pinta y viaja buscando el lugar perfecto para quedarse a vivir. Guido toca la guitarra, Fran el clarinete, el del bombo toca el bombo y según me contaron el otro toca el timbre. Pasaron por Potosí, Bolivia, ubicada en una famosa región minera. Nos cuentan que en esa ciudad del sur del país a los turistas les venden cartuchos de dinamita y un guía los acompaña a que detonen las cargas en la montaña por pura diversión. Hay gente para todo.

Los pibes hacen buena música y viajan de eso. Ahora siguen un poco por Sudamérica y en septiembre van a un encuentro en San Pablo para poner en marcha un proyecto de una ONG para integrar a estudiantes de música de las favelas. Punto para los pibes.

También está Juampi, el mendocino que viaja solo. Por tradición familiar y pasión personal estudia el profesorado de Educación Física y quiere especializarse como guía de alta montaña. Juampi nos enseña a fabricar un anafe con una lata: con un clavo le hacés varios agujeritos en todo el contorno superior, le atravesás un alambrecito por el medio, la prendés con alcohol y podés cocinarte algo como para zafar de la enésima lata de atún.

Juampi conoce en carne propia el fresquete de Mendoza y por su familia y la carrera que sigue me resultan absolutamente confiables sus consejos prácticos para vestirnos por si algún día volvemos a andar en algún lugar de mucho frío:

-       1ero, pegado al cuerpo, te ponés una remera de tela sintética, tipo “dry-fit”. (el algodón no es bueno porque si transpirás después te queda todo mojado).

-       Arriba de esa remera te ponés una campera impermeable, tipo rompevientos, finita.

-       Arriba de eso un buzo polar.

-       Y arriba de todo una campera impermeable gruesa.

Este es un sistema estudiado y probado como el más eficaz para enfrentar el frío. Y el papel de diario pegado al cuerpo, sí, también funciona.

Espero que esta información les sirva especialmente a mis cuatro adorados y valientes sobrinitos: Catalina, Iñaki, Isabel y Facundo, que están a punto de emprender un viaje fantástico a la nieve, en una de sus primeras grandes aventuras.


Cuarzo amatista. Piedra protectora.

Entrada al camping, a 3 cuadras del centro y 3 de la playa.

De pie: Guido guitarra, Eliana, el del bombo, Karen, la colombiana, Fran clarinete, Marcos, Marti, yo, Parcero y Martina. Sentados: Juampi, Federico y el chileno.

Lección de poderes y propiedades de las piedras, por parte de la colombiana.


Juampi explica el funcionamiento del anafe casero que tiene delante.

Los pibes siguen viaje. Con cuadro, instrumentos y tabla de surf incluidos.

Ahí al fondo estamos nosotros.

Artesanías, circo y música permanente en el camping.


Así suena un dijeridoo en la playa de Montañita