Terminamos de cargar la camioneta. La pobre va repleta hasta la manija. Mientras ordeno la ropa y ubico una caja con fideos, arroz, yerba y una lata de duraznos, de a poco paso de no poder creerlo a tomar conciencia real de todo esto. Y en ese momento el sentimiento se vuelve implacable: miedo. Pero miedo de verdad. Es el padre de todos los miedos. Y vino de sorpresa con la familia entera: pánico, terror, susto y espanto.
La cuesta arriba de esta montaña rusa duró dos años. Agarrate, seguinos y rogá que Dios nos acompañe. Ahora empieza lo mejor.
Ayer a la noche pase y vi que ya no estaba la camioneta, me alegre! Los quiero, los voy a extrañar...
ResponderEliminarSANTI
El miércoles los llamé a la tarde pero no contestaron,a lo mejor ya estaban en camino Que la aventura que acaba de comenzar llene todas las espectativas y más!!!!!!
ResponderEliminarBesos mil
Laura
Vamos queridos! que la felicidad los acompañe en cada momento.
ResponderEliminarBesos, Ale.